miércoles, 22 de agosto de 2012

VAMOS A LEER




La lectura es una técnica aprendida, cuantos malos ratos pasamos en aquellos primeros años de nuestra infancia uniendo vocales y consonantes, pronunciando sonidos correctamente y luego cuando creímos superada esa etapa nos enfrentamos a otra que nos demostraba que aun estábamos en pañales: comprender y darle sentido a párrafos completos a hojas enteras incluso todo un libro, ver esa cantidad de vocales y consonantes juntas con todo tipo de sonido y tener que entenderlas porque de ello dependía aprobar un examen.

Ya con cierta madurez intelectual cabe una pregunta ¿Qué significa la lectura para mí hoy?

Cuantos documentos hay a nuestro alcance en la actualidad que pueden enriquecer nuestros conocimientos, darnos herramientas  para enfrentar  las demandas que se nos presentan a diario, o simplemente entretenernos o darnos una visión distinta del mundo, enseñarnos que mas allá de nuestros horizontes hay “otro mundo” ansioso por ser descubierto.

Hace poco leía las reflexiones de una escritora que sentía la frustración de ver la indiferencia entre los lectores, se preguntaba: qué sentido tenía escribir si nadie tenía interés en leer lo que escribía. Su desanimo era tal  que  sus palabras se grabaron en mi mente haciéndome reflexionar cada vez que pienso en esto, tal vez suene a tontería pero viendo la realidad que nos rodea creo firmemente que  si dedicáramos un pequeña parte de nuestro tiempo a la lectura seriamos mejores personas y nuestro mundo seria ese lugar hermoso que el afán de la vida nos ha quitado el derecho a soñarlo.

miércoles, 16 de mayo de 2012

A un año de la explosión en CAVIM


La alegría producida por el triunfo de los Tigres de Aragua, en el Beisbol profesional de Venezuela, pareciera borrar de la memoria de los maracayeros la experiencia vivida aquella madrugada cuando la gran mayoría de la población dormía plácidamente sin imaginarse si quiera lo que pasaba en la instalación militar.
Los habitantes de la zona, aquellos que desde hace treinta años o más, llegamos a poblar la naciente urbanización no estábamos exentos de conocer el peligro que se corría, era común la frase: “Si CAVIM explota se acaba media Maracay”. Sin embargo con la llegada de nuevos vecinos y con el vaivén de los días y los años  que nos sumergen en nuestros propios intereses, aquella incertidumbre se hacía cada vez más lejana. La vida transcurría en una total indiferencia a la posible realidad de que un día aquellas municiones que se encontraban guardadas en aquel arsenal pudiesen explotar.
Aquel despertar sobresaltado aproximadamente a  las cuatro de la mañana, se hace duramente inolvidable: “Levántense, levántense, CAVIN está explotando…” Aquella frase se repetía una y otra vez en mi cabeza y me impedía pensar con sosiego, solo atine colocarme algo de ropa encima y llamar al resto de la familia que aun dormía.
Ese sonar repetido, uno tras otro y cada vez más fuerte erizaba mi piel. El olor a pólvora que se  iba sintiendo, agitaba la respiración, solo se podía correr, para donde? No sé. Solo había que correr, sin embargo mi mente se repetía: “por más que corramos no podremos escapar”.
 Al correr veíamos como las personas se asomaban extrañadas de lo que pasaba y muchos sin entender porque, solo por instinto huían tratando de proteger sus vidas. En pocos minutos todo fue un caos, la multitud, los vehículos, todo se convirtió en un pandemonio. Pronto se sintieron esquirlas cayendo por todos lados pasando por entre la multitud que corría, se estaba protagonizando una de tantas películas alusivas al fin del mundo que inocentemente vemos con frecuencia en la pantalla grande, pero no era ficción, era una realidad dramática que cerraba nuestro entendimiento.
Pude  ver casos de solidaridad en medio de aquella situación, una mano tendida para ayudar a alguien a subir a una camioneta aunque no le conocieras, palabras de aliento hacia alguien sumido en crisis mientras por dentro te sentías desecho, prestar tu teléfono para que “un desconocido” se comunicara con un familiar, compartir una toalla con aquel que no pudo cubrirse apropiadamente.
Momentos que nos hicieron entender, tal vez por poco tiempo lo pequeño y frágiles que somos, lo tanto que necesitamos de una mano amiga, que lo material aunque muy querido tenía menos valor que la propia vida y  lo podíamos recuperar después,  lo profundo del amor y cuidado de Dios que guardó tantas vidas evitando que la tragedia fuese peor.

sábado, 14 de enero de 2012

Relación de Pareja (2)


Cuando formalizamos una relación estamos llenos de sueños y proyectos, tenemos la convicción de que será para siempre, como alguien dijo: “Nadie se casa pensando en el divorcio”, sin embargo, seguimos buscando un porque, una razón por la cual se pierda el deseo de seguir construyendo ese sueño.

Analicemos un conflicto que se presenta hoy día con mucha frecuencia: La  falta de vivienda.

Decimos: “Juntos hasta debajo de un puente” incluso somos tan atrevidos que no nos pesa dejar las comodidades del hogar materno.

Una opción son los alquileres, solución momentánea que se convierte en una cruz, por un lado la dificultad para conseguirlos, si encuentras  un buen lugar tienes la zozobra de tener que entregarlo cuando te lo pidan y no saber dónde te vas a meter después. Por otro lado los altos costos, la decepción de “estar echando tu dinero en un saco roto”, sin olvidar el grado de angustia constante al sentir que el tiempo pasa demasiado rápido y ya tienes que volver a pagar.

Otra opción es vivir con la familia, el triste “arrimado”. Al principio todo color de rosa, pero, ¡que tan pronto llega el conflicto!  Sobre todo con los niños. Queramos o no esta situación debilita la relación por no decir el amor.

El sabio refrán: “El que se casa,  casa quiere”. Ese sitio TAN especial que debe ser el hogar. Aquel “Hogar, dulce hogar” oasis en medio del desierto de la vida. Manantial donde se sacian todas las ansias. Lugar donde construyes una familia sana y hermosa. Donde puedes llegar, quitarte los zapatos y ser tú, dejando tras la puerta las presiones de la calle.

¡Qué tan importante es esa casa donde podamos vivir como pareja!, cuidando y alimentando esa relación, haciéndola cada vez más fuerte y duradera!!!

Si ya tienes tu casa, gozas de un gran porcentaje de probabilidades para tener una relación estable, piénsalo, no menosprecies la bendición que tienes.

Sin embargo nos enfrentamos a otra realidad: ¿Cuantas parejas se han roto a pesar de tener su propia casa? ¿A cuantos ese” manantial de amor” se les ha convertido en una cárcel? ¿Cuántos  han dejado de valorar el hogar y prefieren estar fuera de él bajo cualquier excusa?

Seguimos buscando razones, motivos que llevan a la ruptura e una pareja, o serán más bien excusas?
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sábado, 7 de enero de 2012

RELACIONES DE PAREJA

Es una realidad que el plan de Dios es la unión entre dos personas que se aman, se complementan. Es tan bonito el coqueteo entre dos que se atraen, que se gustan, las miradas, los detalles, solo se ven virtudes en esa persona, “que hermosos ojos tiene”, “tiene la sonrisa más espectacular que he visto”, “todo lo que  hace es casi perfecto”, se hacen ecos  del dicho que el amor es ciego.
¿Pero que tan pronto se acaba el hechizo, que hace que todo aquel cuento de Hadas se transforme en pesadilla?
Podemos analizar posibles razones vistas de diferentes ángulos, en esta primera entrega veremos algunos argumentos de mujeres.
•    Esperé, esperé siempre esperé que me valoraras…
     Todo lo que hago le parece insignificante, mi autoestima llega al suelo, cualquiera es más                importante que yo para él incluso hasta el gato…
     Pero, sigues siendo la misma, eres aquella de quien él se enamoró, cultívate, procura crecer como persona, no te estanques, si te valoras sanamente nada te hará sentir inferior, él se dará cuenta y reconocerá lo que vales, por eso es necesario que tu lo reconozcas primero.
•    Es tan seco…
     Te sugiero ver este video

             http://www.youtube.com/watch?v=hllweXvYRv8&feature=share
   
Los hombres por lo general son menos expresivos que las mujeres, pero pueden llegar a amar con gran pasión y entrega aunque no lo digan, no lo dudes, enséñalo a demostrártelo, es difícil pero de ti depende, no te rindas.

Una chica muy joven me insistió: “El amor no se acaba, no se puede decir que el amor terminó, si es así es porque realmente no hubo amor verdadero. Se acabó el hechizo pero no el amor”

En estos tiempos cuando se han perdido los valores, es hora de reivindicar el amor, pues es la esencia de la vida, es puro, llena la vida de alegría, de sueños.